El sistema motivacional y el sistema de creencias, conforma la conducta.
Cuando un organismo se siente amenazado, activa los programas que considera que le van a permitir escapar de la amenaza.
Si la amenaza es inminente activa el programa lucha, huida, congelación. Los cuáles compartimos con otros seres vivos.
Si la amenaza es imaginada, activa el programa alerta. Si lo imaginado se percibe como real, se añade la protección. No lo compartimos con otros seres vivos.
Hay personas que han padecido situaciones adversas o dolor crónico en el pasado. En ocasiones, su organismo se habitua a activar el modo alerta de forma persistente.
Entonces,
En esos estados, el cerebro quiere algo de ti. A través del sistema motivacional te propone que hagas algo, que adoptes una conducta pertinente en base a su evaluación y al sistema de creencias, construídas por la red neuronal. Siempre esperando que salgas airoso de la amenaza.
Toda conducta es ejecutada previa a una expectativa. Sin expectativa, el organismo no tiene motivos para impulsarnos a movernos. Las experiencias generan aprendizaje.
El problema es saber si la conducta que adoptamos es realmente la que necesitamos. Hay que saber distinguir lo que se quiere, de lo que se necesita.
- Quizá quiero quedarme en casa, ¿Y si no es lo que necesito?
- Quizá quiero buscar información que confirme y apruebe la hipótesis, la etiqueta, ¿Y si no es lo que necesito?
- Quizá quiero seguir preguntándome ¿Por qué yo, por qué a mi? ¿Y si no es lo que necesito?
- Quizá estoy sensibilizado con la salud y creo que tengo que ir al terapeuta indefinidamente, ¿Y si no es lo que necesito?
Buena salida y entrada de año.
No te deseo más que coraje y nueva información para continuar con tu proceso.
Un abrazo.