La alostasis es un proceso que ocurre en nuestro cuerpo para ayudarlo a adaptarse a diferentes situaciones y cambios en el entorno. Imagina que la alostasis es como un sistema de ajuste automático que hace que tu cuerpo esté preparado para enfrentar cualquier reto, como una situación estresante o una actividad física intensa. Es similar a cuando un coche ajusta la velocidad o el consumo de combustible dependiendo del camino; así, la alostasis ajusta las funciones del cuerpo según lo que necesites en cada momento.
¿Qué beneficios aporta la alostasis?
La alostasis tiene muchos beneficios importantes para nuestro organismo. Aquí te doy algunos ejemplos:
Adaptación al estrés: La alostasis permite que tu cuerpo se adapte y responda mejor a las situaciones estresantes. Esto puede incluir una mejor adaptación al aumento de la frecuencia cardíaca, promover una liberación óptima de energía en caso necesario, o mantener el foco mental en tareas específicas.
Adaptación al entorno: Si estás en un ambiente muy frío o caliente, la alostasis ajusta las funciones de tu cuerpo para mantenerte en homeostasis. Por ejemplo, si la temperatura es muy baja en el exterior, el organismo puede querer aumentar el calor corporal por medio del temblor, o empezar a sudar (soltar agua) para enfriarlo por exceso de calor.
Manejo del esfuerzo físico: Cuando haces ejercicio, la alostasis ayuda a tu cuerpo a enviar más oxígeno a los músculos y a liberar energía para que puedas rendir al máximo.
¿Cómo se consigue?
La alostasis se consigue a través de la interacción de varios sistemas en tu cuerpo que trabajan juntos para adaptarse a diferentes desafíos. Aquí te explico algunos de ellos:
1. Sistema Nervioso
El sistema nervioso es como el director de una orquesta, que coordina cómo tu cuerpo debe reaccionar en cada situación. Por ejemplo, si te enfrentas a algo que te da miedo, el sistema nervioso envía señales para que tu corazón lata más rápido y más fuerte, aumente la presión en los vasos sanguíneos para así enviar una mayor cantidad de oxigeno y nutrientes lo más rápido posible a los músculos que servirán para afrontar el elemento estresor.
2. Cascada Hormonal
Las hormonas como el cortisol y la adrenalina son liberadas cuando tu cuerpo necesita responder a un reto. Estas hormonas son como mensajeros que dicen a diferentes partes de tu cuerpo que es hora de actuar, aumentando tu energía y estado de alerta.
3. Órganos y sistemas corporales
Órganos como el corazón, los pulmones y los músculos también juegan un papel importante. Por ejemplo, el corazón bombea más sangre para llevar oxígeno a los músculos cuando haces ejercicio, o los necesitas para enfrentar una situación de riesgo, ayudando a tu cuerpo a adaptarse al esfuerzo físico. Aumenta la capacidad pulmonar para almacenar más oxigeno y repartirlo en aquellas zonas o estructuras necesarias. Lo mismo sucede con la tensión arterial, que aumenta para contribuir a esa misma labor.
4. Romper la homeostasis
Si queremos mejorar nuestra capacidad de adaptación, tenemos que romper la homeostasis, sin excedernos demasiado. El organismo tiende a buscar constantemente la homeostasis «equilibrio». Pues bien, si deseamos mejorar nuestras capacidades, debemos ir un poco más allá del umbral de tolerancia inicial, sin excedernos demasiado de lo tolerable para que el organismo, pueda recuperarse y aumente su capacidad adaptativa. Buscando siempre el confort y el equilibrio, no conseguiremos una mejor capacidad alostática.
¿Qué mecanismos activan la alostasis?
Existen varias acciones que puedes tomar en tu vida diaria para promover una alostasis saludable:
1. Realizar ejercicio regularmente
- Qué hacer: Participar en actividades físicas como correr, nadar, andar en bicicleta o practicar deportes de fuerza.
- Por qué ayuda: El ejercicio regular entrena tu cuerpo para responder mejor a las demandas físicas y estresantes, ayudando a que la alostasis funcione de manera eficiente.
2. Prácticas de auto-relajación
- Qué hacer: Practicar técnicas de relajación como la meditación, el yoga, o la respiración profunda, paseos por la naturaleza (sin llamadas, ni mensajes de trabajo), lectura, escritura, pintar, dibujar, coser, realizar manualidades, etc., son prácticas recomendadas para auto-relajarse.
- Por qué ayuda: Aprender a manejar el nivel de estrés, reduce la carga en tu sistema alostático, evitando que esté siempre en alerta máxima y permitiendo que funcione mejor cuando realmente lo necesitas.
3. Dormir lo suficiente
- Qué hacer: Dormir entre 7 y 9 horas cada noche. No todas las personas necesitan la misma cantidad de horas, aunque si hay que prestar atención a su calidad. Levantarse cansado todos los días, se traduce en una mala calidad de sueño.
- Por qué ayuda: El sueño permite que tu cuerpo se recupere y se prepare para nuevos desafíos, manteniendo el sistema alostático en buen estado.
4. Tener una buena alimentación
- Qué hacer: Comer una dieta balanceada con suficientes vitaminas, minerales y nutrientes.
- Por qué ayuda: Una buena nutrición proporciona a tu cuerpo la energía y los materiales necesarios para adaptarse a las diferentes demandas del día a día.
¿Circunstancias que pueden alterarla?
Aunque la alostasis es muy útil, hay circunstancias que pueden afectarla y hacer que no funcione tan bien como debería:
1. Estrés crónico
- Qué ocurre: Cuando estás bajo estrés constantemente, tu cuerpo puede mantener la alostasis activada todo el tiempo, lo que puede llevar al desgaste.
- Por qué afecta: El estrés prolongado puede agotar los recursos de tu cuerpo, dificultando que se adapte a nuevas situaciones.
2. Falta de sueño
- Qué ocurre: No dormir lo suficiente impide que tu cuerpo se recupere adecuadamente.
- Por qué afecta: La falta de sueño puede hacer que tu cuerpo no responda bien a las demandas diarias, afectando la eficiencia de la alostasis.
3. Mala alimentación
- Qué ocurre: Si no comes bien, tu cuerpo no recibe los nutrientes que necesita para funcionar correctamente.
- Por qué afecta: Sin la energía adecuada, tu cuerpo no puede realizar los ajustes necesarios para adaptarse a diferentes situaciones.
4. Sedentarismo
- Qué ocurre: No realizar actividad física regularmente puede debilitar la capacidad de tu cuerpo para responder al estrés físico.
- Por qué afecta: La falta de ejercicio impide que tu cuerpo se entrene para manejar demandas físicas, debilitando la alostasis.
Problemas que subyacen a su pérdida
Cuando la alostasis se ve afectada, pueden surgir varios problemas en tu cuerpo:
1. Fatiga
- Qué ocurre: Si tu cuerpo no puede ajustarse adecuadamente a las demandas, te sentirás cansado más rápidamente, incluso con actividades normales.
2. Problemas de salud crónicos
- Qué ocurre: La falta de adaptación del cuerpo a situaciones de estrés puede contribuir al desarrollo de enfermedades como la hipertensión, enfermedades cardíacas y diabetes.
3. Deterioro mental
- Qué ocurre: La incapacidad del cuerpo para manejar el estrés puede afectar tu salud mental, provocando ansiedad, depresión y otros problemas emocionales.
4. Debilitamiento del sistema inmunológico
- Qué ocurre: Si el cuerpo está constantemente bajo presión, el sistema inmunológico puede debilitarse, haciéndote más susceptible a infecciones y enfermedades.
Conclusión
La alostasis es un proceso vital que permite que tu cuerpo se adapte a diferentes desafíos y cambios en el entorno. Es como un sistema de ajuste automático que mantiene todo en equilibrio, ayudándote a estar listo para cualquier situación. Mantener una capacidad alostática funcional es esencial para nuestro bienestar, y podemos promoverla a través de nuestras acciones realizando ejercicio, mantenernos más activos físicamente, adoptando estrategias para minimizar los efectos del estrés, dormir mejor y alimentarnos conscientemente.
Sin embargo, factores como el estrés crónico, la falta de sueño y una mala alimentación pueden afectar este proceso. Por eso, es importante cuidar de nuestra capacidad alostática para mantenernos sanos y fuertes frente a cualquier desafío.
Hola, Soy Marc Vives
Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
No te irás de mi estudio, sin que intente que aprendas algo sobre tu organismo.
Después, si lo deseas podremos continuar manteniendo el contacto para aclarar dudas y seguir progresando.
Un abrazo.