Intolerancias de organismo

intolerancia de organismo

Es muy conocido el asunto de las intolerancias a ciertos alimentos. Sin embargo, el organismo se puede volver intolerante a otros aspectos. Hay personas que pueden experimentar síntomas exacerbados por la pérdida de la capacidad de adaptación. Desarrollan intolerancia a espacios fríos o calurosos, al viento, al mal tiempo (según lo que considere la persona qué es), al toque manual ligero, e incluso al ejercicio con bajas cargas o cualquier tipo de ejercicio.

Sepa el lector, que hay una gran diferencia entre una intolerancia, a una alergia. Una intolerancia no implica el sistema inmune. No presenta un peligro para la integridad del individuo. Una alergia es otra cosa. Aclarado esto, veamos.

Desde la neurociencia sabemos que el cerebro simula la realidad experimentada. Lo cual significa, que el estímulo externo no es el todo de la experiencia. En otras palabras, la pesa de 4kg quizá no genera suficiente tensión mecánica en el bíceps como para que sientas dolor por daño potencial, a pesar de sentirlo así. 

Volviendo al comer, en ocasiones el organismo muestra cierta indisposición a un alimento o a varios, a pesar que no le falte un cierto tipo de enzimas, ni haya desarrollado una sensibilidad a un compuesto químico, o padezca un problema digestivo. Incluso puede mostrar una cierta intolerancia a una temperatura exterior, aunque no sea altamente peligrosa para su integridad, pero el organismo/cerebro de la persona interpreta que sí.

En ciertas y a menudas situaciones no hay un problema de intolerancia real, sino una disminución de la capacidad tolerante potencial. El organismo progresa al andar, no en la privación de estímulos. Los síntomas, no siempre explican la causa.

Los organismos pueden aumentar su capacidad tolerante, si se les somete a pequeñas cargas y estímulos controlados. El umbral de tolerancia aumenta siempre que el organismo pueda adaptarse. Se transforma en aquello a lo que se expone o evita. 

El exceso de evitación genera una alta intolerancia y sensibilización. Lo cual, cada vez ante una carga más pequeña, el organismo reacciona más y puede que peor. Ya da igual, si la pesa es de 4 o 2 kg, no se tolera, hasta el punto que el organismo comete un error de predicción constante, y la evitación lo mantiene. Y al mínimo atisbo de disconfort, el organismo impulsa a la persona a evitar la exposición. Poco a poco la libertad se ve limitada.

¿Cómo aumentar mi capacidad tolerante? 

 – Primero reconociendo la intolerancia. Aceptación.

No todos los organismos humanos, tenemos la misma tolerancia a situaciones o cargas, pero si tenemos la capacidad de aumentarla. La cuestión es si, esas intolerancias nos están sometiendo, o están justificadas. 

Si es por miedo, seguramente el cerebro se haya apalancado en la comodidad. Es posible que el organismo encuentre una mayor recompensa a quedarse como está. Normalmente, nos atrevemos a explorar cuando recibimos otro tipo de información, y el dolor que experimentamos es insoportable por el hecho de no cambiar. 

Todos podemos extraer fuerzas de dónde no sabíamos que estaban. 

Un saludo.

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