El cerebro es matemático e inversor

pedagogia en dolor

Para comprender el enunciado «El cerebro es matemático e inversor» hay que recurrir a la neurociencia actual postula sobre cómo el cerebro interpreta y anticipa la realidad, operando desde un marco de predicción y probabilidad más que desde una percepción directa de la realidad física y material. En otras palabras, el cerebro no simplemente reacciona al entorno, sino que constantemente hace predicciones sobre lo que ocurrirá y ajusta nuestra percepción y comportamiento en consecuencia.

.El cerebro humano construye continuamente modelos internos del mundo basado en experiencias previas, conocimientos adquiridos y señales sensoriales presentes. Estos modelos predicen los resultados de nuestras acciones antes de que sucedan. Por ejemplo, cuando te acercas a una taza de café caliente, tu cerebro predice que la taza estará caliente al tacto, y en base a esa predicción, decide si es seguro beber el café o no. Si la predicción falla—como cuando te quemas al tomar un sorbo—a esto se le llama un «error de predicción».

Modo predictivo

El modo predictivo es fundamental para nuestra supervivencia y bienestar, ya que nos permite anticipar peligros y evitar daños. Sin embargo, también puede convertirse en una fuente de problemas cuando las predicciones son erróneas o se basan en información inexacta o alarmante. Esto puede llevar a lo que se llama el efecto nocebo, donde la expectativa de daño o enfermedad por parte de una persona facilita la aparición de síntomas o malestar real, aunque no haya una causa de daño físico subyacente.

Efecto nocebo y dolor

Si una persona asocia el dolor que percibe con una lesión o patología grave, a pesar que no exista una base médica sólida, el cerebro puede reforzar esa creencia hasta el punto que el dolor se puede volver crónico y debilitante, incluso en ausencia de un daño físico. Esto se conoce como efecto nocebo. Y muestra cómo las creencias y las predicciones del cerebro pueden influir profundamente en la experiencia subjetiva del dolor y en la salud en general.

Conclusión

El cerebro no es simplemente un receptor pasivo de estímulos externos, sino un órgano activo que constantemente predice, ajusta y modula nuestras experiencias basadas en probabilidades y expectativas. Si esas expectativas se basan en información inexacta o alarmante, pueden llevar a bucles de sufrimiento innecesario, como ocurre en el caso del dolor crónico o de los efectos nocebo. Es crucial, por lo tanto, entender y manejar estas predicciones de manera informada para evitar que se conviertan en trampas mentales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Scroll al inicio
Abrir chat
Hola
¿En qué puedo ayudarte?