Un cerebro en alerta y vigilante de una región muscular puede activar programas motores (movimiento) de protección y evitación reduciendo la capacidad de rango de movimiento (libertad), reclutamiento de unidades motoras (activación neuromuscular) y un aumento de la percepción de dolor, etc., incluso en ausencia de lesión y/o daño.
No debemos olvidar que el movimiento no sólo es llevado a cabo por la activación de áreas motoras (M1 y M2). Sino que intervienen otros circuitos de nivel superior y que en principio «nada» tendrían que ver…
Tampoco la probabilística que opera constantemente en nuestra red. Que sea probable, no significa hecho.
Por eso, algunas estrategias y/o propuestas en trabajar la parte del movimiento, a veces, no es suficiente.
Un abrazo.