Los acúfenos, pitidos o zumbidos en la cabeza son molestos, y en algunas ocasiones, demasiado. Hay personas que los padecen y sufren por ello. Cuando algo se hace muy relevante, puede llegar a ser obsesivo y peligroso, a pesar de ser inofensivo para la integridad biológica del organismo.
En situaciones normales, los síntomas expresan una condición patológica en el organismo, otras veces no. A los ruidos, hay que prestarles especial atención cuando se sienten en un solo oído y le acompañan una pérdida de audición. Si ya le han descartado algo patológico, vamos al lío.
El rol de la percepción en los acúfenos
Cualquier persona puede empezar a experimentar una percepción como el dolor, picor, mareo, sin causa justificada. Querido lector, los ruidos que escuchamos diariamente, no están fuera, sino que se crean dentro. El cerebro codifica y traduce las señales eléctricas que proceden del oído interno, por la entrada de las ondas vibratorias que vagan por el espacio, y se introducen por nuestro canal auditivo externo, llegando a la profundidad (oído interno). Así que el ruido, no viene de fuera, sino del interior del cráneo.
El contexto y la atención influyen
Es su cerebro quien está generando ese pitido, zumbido molesto. Según donde se encuentre y que esté haciendo, pueden aparecer en su consciencia distintos ruidos. Si vive cerca de la vía del tren, es probable que lo escuche. Sin embargo, con el tiempo, es probable que lo escuche menos que cualquier persona que le visite por primera vez. Su cerebro, es capaz de filtrar ese ruido, por habituación, porque ya no es nuevo, y no es relevante.
Sepa que modificando la atención, podemos escuchar o no. Si le pongo una música celestial, para calmar su mente y espíritu, y de repente, aparece un tambor, dejará de escuchar la música de los “dioses”, para prestar atención al tambor.
El cerebro imagina la realidad
El problema es cuando aparece el acúfeno, y no lo podemos explicar por ningún estimulo, ni externo, ni interno. La red neuronal (cerebro) no está valorando un estímulo sensorial real, sino que se fija en la percepción creada, el acúfeno. El cerebro imagina la realidad. Se han documentado casos de presos, que han estado encerrados y aislados de todo estímulo visual y auditivo, que a los días de estar completamente aislados, han empezado a tener alucinaciones auditivas, visuales e incluso táctiles. Repito no es necesario un estimulo sensorial, para que aparezca una percepción somática en nuestra consciencia.
Conclusión
Tener la convicción de no patología y disminuir la relevancia, puede hacer que podamos librarnos de la «alucinación» no controlada por los sentidos. Es importante trabajar la atención para dejar de escucharlos. Quienes lo padecen de forma incansable, y le han otorgado gran relevancia y preocupación, de alguna forma, lo han podido llegar a potenciar. Lo mismo, si acudes a terapias que no funcionan para ese motivo, y mucho peor si tomas medicación como si tuvieras un «algo» patológico. Sólo tienes que decirte interiormente que no quieres pensar en una manzana roja, para que aparezca fugazmente una manzana bonita, madura y roja en la pantalla de tu consciencia.
Hola, Soy Marc Vives
Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
No te irás de mi estudio, sin que intente que aprendas algo sobre tu organismo.
Después, si lo deseas podremos continuar manteniendo el contacto para aclarar dudas y seguir progresando.
Un abrazo.