
La fibromialgia es una condición médica que ha suscitado debates en la comunidad científica, especialmente en cuanto a su clasificación, etiología y tratamiento. A continuación, se abordan estos aspectos:
¿Enfermedad o síndrome?
La fibromialgia se ha descrito tanto como una enfermedad como un síndrome. Algunos expertos la consideran una enfermedad debido a su naturaleza crónica y los síntomas específicos que presenta. Otros la definen como un síndrome, dado que engloba un conjunto de síntomas y signos clínicos que ocurren juntos, como dolor musculoesquelético generalizado, fatiga y trastornos del sueño. Esta dualidad en su clasificación refleja la complejidad y multifactorialidad de la fibromialgia.
Hipótesis oficiales sobre las causas
La etiología de la fibromialgia no se comprende completamente, y diversas hipótesis han sido propuestas:
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Alteraciones en el Procesamiento del Dolor: Algunos profesionales abogan que la fibromialgia implica una amplificación de las señales de dolor en el sistema nervioso central, lo que conduce a una mayor sensibilidad al dolor. Esto es dudoso, ya que no existen las «señales de dolor». Existen las señales nocivas, y el dolor es una percepción que requiere de muchos componentes. La nocividad y el dolor son dos fenómenos distintos y que no siempre están asociados.
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Factores Genéticos: Aunque se ha sugerido una predisposición genética, la evidencia científica que respalde esta hipótesis es limitada y no concluyente.
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Estrés y Factores Psicológicos: El estrés psicológico significativo y eventos traumáticos se han asociado con el inicio de la fibromialgia, aunque la relación causal directa aún requiere más investigación.
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Infecciones: Algunas infecciones han sido señaladas como posibles desencadenantes, pero la evidencia no es suficientemente robusta para establecer una conexión directa.
Hipótesis "extraoficial" sobre sus causas
Iatrogenia profesional: La iatrogenia se la define como la alteración negativa del estado del paciente producida por el profesional de la salud. No descubrimos América si decimos, que un error diagnóstico mal formulado, puede acarrear diversos problemas en forma de síntomas e incapacidad.
La ciencia ha mostrado por varias veces, que no es necesario padecer un daño físico real, para que una persona experimente dolor. Incluso hay casos registrados de personas que han sido mal diagnosticadas, y que han experimentado síntomas en ausencia de daño o enfermedad.
La realidad percibida es en muchas ocasiones lo que esperamos experimentar. Anil Seth, neurocientífico de renombre afirma: «Lo que llamamos realidad, son alucinaciones que asumimos como reales porque todos tendemos a percibirlas de la misma manera». Dicho de otro modo, y también por A. Seth «La realidad es una alucinación controlada por los sentidos».
No quiero que se mal interprete, no estoy diciendo que el dolor que siente una persona diagnosticada de fibromialgia, se lo invente, o no sienta dolor, no. No es eso. Estoy diciendo que si aún no se tienen datos claros y específicos, sobre sus causas, y que tampoco puedan sostener firmemente que la fibromialgia es una enfermedad, no se debería etiquetar, diagnosticar, ni tratar como tal.
El hecho de brindar información defectuosa, puede perpetuar una situación desagradable y complicada como la que viven estas personas y que ellas no son responsables.
Evidencia de los tratamientos farmacológicos
El manejo de la fibromialgia suele ser multidisciplinario, incluyendo intervenciones farmacológicas y no farmacológicas:
Antidepresivos: Fármacos como la amitriptilina han mostrado eficacia en el alivio del dolor y mejora del sueño en pacientes con fibromialgia.
Anticonvulsivos: Medicamentos como la pregabalina y la gabapentina pueden ser útiles en el manejo del dolor neuropático asociado con la fibromialgia.
Analgésicos: El uso de analgésicos debe ser cauteloso. El tramadol, que combina acciones opioides y la inhibición de la recaptación de noradrenalina y serotonina, tiene moderada evidencia sobre su eficacia, pero los efectos adversos y la tolerancia cruzada limitan su uso.
Opioides: No se recomiendan debido a la falta de eficacia demostrada y al riesgo de dependencia y otros efectos adversos.
Intervenciones no farmacológicas
Además de los tratamientos farmacológicos, se ha mostrado que las siguientes intervenciones son beneficiosas:
Ejercicio Físico: La actividad aeróbica moderada y regular puede mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes.
Terapia Cognitivo-Conductual: Ha mostrado eficacia en la reducción del dolor y mejora del estado de ánimo en pacientes con fibromialgia.
Educación en Neurociencia: Una comprensión adecuada del dolor y sus componentes puede empoderar a los pacientes y mejorar su capacidad para manejar la situación actual.
Conclusión
La fibromialgia es una condición compleja con múltiples facetas aún en estudio. Si bien se han identificado diversos factores asociados y opciones de tratamiento, la evidencia científica varía en solidez. Es esencial que los pacientes reciban un enfoque de tratamiento individualizado y multidisciplinario, basado en información real y evidenciada científicamente, disponible y adaptado a sus necesidades específicas.

Hola, Soy Marc Vives
Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
No te irás de mi estudio, sin que intente que aprendas algo sobre tu organismo.
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