No es una reseña del libro “Antifrágil” de Nassim Taleb. Aunque si podría ser una buena opción lectora.
Es una exposición de los hechos modernos. La cultura cada vez nos ha vuelto más frágiles. Expertos en adoptar conductas de evitación y miedo. Hemos perdido la confianza en el organismo. En su capacidad para afrontar y adaptarse a los obstáculos motores (movimiento) de la modernidad.
Muchas personas tienen miedo a moverse, por el significado amenazante otorgado al dolor. También por un informe médico acompañado de un diagnóstico por imagen de resonancia magnética, que parece justificar la percepción molesta (dolor) y que lamentablemente se ha postergado más tiempo del necesario. La información recibida moldea una construcción narrativa de organismo cada vez más temerosa. Menos libre.
-Pues si me duele, y no puedo moverlo es porque debo tener una contractura en todo el cuello, y en mitad de la espalda. Es que tengo una hernia, por lo tanto, no puedo levantar pesos, ni correr, ni saltar. He de vigilar mucho mis posturas. También utilizar almohadas y colchones especiales. Dormir mínimo mis 7 horas, no comer carbohidratos porque me inflaman, y menos por la noche. Ya tengo una edad, es normal que me duelan las rodillas. Y por supuesto, tengo que llevar una vida súper estructurada y ordenada sino puedo exacerbar mi problema.
La realidad biológica, que es la que aquí nos atañe es que las contracturas, son meras palabras para etiquetar una zona del cuerpo que al palparla se percibe endurecida, sensible, y que puede provocar dolor, pero en las pruebas de imagen son imperceptibles. Que al usuario le duele, le duele. Pero desde la neurociencia aún no se comprende este término.
Siguiendo con los hallazgos por imagen (RM), hay multitud de estudios en los que no se ha podido correlacionar como causa y efecto un hallazgo positivo; para un disco abultado, protusión, herniación, síndrome facetario, etc., porque miles de personas los presentan y son asintomáticas. Es decir, los hallazgos por imagen, no explicarían el dolor per sé. Sino que es mucho más complejo que vislumbrar una imagen.
-Ya, pero a mí me duele.
Eso no lo dudo. Ni lo dudaré a menos que quieras engañarme conscientemente, cosa que dudo. No firmo bajas médicas. No soy médico.
Tu organismo tiene capacidades que parecen sobrenaturales, que sólo las recordamos en momentos puntuales. Si pones en Google “le clavan un cuchillo en el cuello, y no se da cuenta hasta que llega a casa”. Te darás cuenta de algo, de la complejidad que representa el dolor.
Y que el organismo no es tan frágil como nos han hecho creer, como para pensar que una pequeña herniación te imposibilite tanto. Hay otros componentes que quizá se obvien y sea necesario comprender para que tu experiencia de vida, la vivas con menos miedo y evitación.
Perder el miedo puede liberarte de muchas limitaciones. Claro que para ello, necesitas reprogramar el sistema de creencias de tu organismo. Tarea nada fácil con la cantidad de información frágil que circula por las redes sociales y sistema.
Un abrazo.