El dolor persistente o crónico afecta a un gran número de personas en el mundo, se estima que alrededor de un 30% de la población mundial lo padece. Pese a no ser un dolor asociado a lesión o patología (esta parte es la más difícil de entender para el usuario, incluso para profesionales de la salud). Este tipo de dolor puede generar una gran frustración y con el tiempo provocar una gran indefensión aprendida, afectando a su calidad de vida y a sus capacidades físicas.
Sin embargo las investigaciones más recientes en el ámbito de la neurociencia del dolor, y el ejercicio físico ofrecen nuevas estrategias para abordar el dolor desde un enfoque integral.
En este artículo exploraremos como el entrenamiento personal adaptado y la neuro-pedagogía en neurociencia del dolor pueden ayudar a las personas que conviven con dolor persistente, y a recuperar su libertad.
El dolor persistente: Más allá de las lesiones
El dolor crónico es una experiencia compleja. A menudo, las personas que lo sufren no presentan lesiones físicas actuales, pero siguen experimentando dolor de forma recurrente. Este tipo de dolor no siempre está vinculado a un daño estructural en el cuerpo.
Esto implica que el cerebro pueda interpretar daño o lesión donde no lo hay, y el organismo que actúa bajo el principio de precaución, penalice cualquier actividad que suponga un riesgo para la zona o zonas sometidas a vigilancia.
El papel de la neurociencia en el dolor
Uno de los avances más importantes en los últimos años ha sido el desarrollo de la pedagogía en neurociencia del dolor. Esta pedagogía se enfoca en educar a las personas sobre los mecanismos del dolor y cómo funciona su sistema nervioso, con el objetivo de cambiar su percepción del dolor y reducir el miedo al movimiento.
Comprendiendo el dolor
El dolor crónico a menudo es alimentado por el miedo y la falta de comprensión de lo que está ocurriendo en el cuerpo. Según la evidencia científica más reciente, muchas personas con dolor persistente tienen creencias que incitan al sistema a permanecer en modo «hipervigilante». En este estado, los estímulos que normalmente no serían dolorosos, como mover el brazo o caminar, se perciben como peligrosos por el cerebro, generando dolor incluso sin daño físico actual.
Estudios han mostrado que al educar a los pacientes sobre este proceso, conocido como neuroplasticidad (la capacidad del cerebro para cambiar), las personas pueden comenzar a desafiar las creencias erróneas sobre su dolor y a recuperar la confianza en sus cuerpos. Entender que «el dolor no siempre significa daño» es un primer paso para la recuperación de la libertad de movimiento y calidad de vida.
Entrenamiento personal adaptado: Un enfoque seguro
el entrenamiento personal adaptado ofrece una vía segura y eficaz para volver a moverse sin miedo. La clave está en diseñar programas de ejercicio que sean graduales, personalizados y enfocados en restaurar la función motora sin empeorar el dolor.
Evidencia científica sobre el ejercicio y el dolor crónico
El ejercicio ha mostrado ser una de las herramientas más efectivas para tratar el dolor crónico, y varios estudios han confirmado que la actividad física tiene múltiples beneficios para las personas con dolor persistente. Por ejemplo:
- Mejora la función muscular y reduce la percepción del dolor: El ejercicio, incluso en dosis bajas, ayuda a mejorar la fuerza muscular y la movilidad, lo que a su vez reduce el dolor. Los estudios sugieren que el ejercicio de fuerza, aeróbico moderado, y el entrenamiento de resistencia adaptado pueden ser eficaces para disminuir el dolor y mejorar la función física.
- Reduce la hipervigilancia y catastrofismo: El ejercicio regular promueve cambios neuroplásticos en el sistema nervioso, lo que puede ayudar a reducir la hipervigilancia central. Esto significa que, con el tiempo, el organismo se vuelve menos catastrófico a los estímulos que recibe y reduce su hipervigilancia injustificada.
- Mejora la salud emocional y psicológica: El dolor persistente a menudo está relacionado con problemas emocionales, como la ansiedad y la depresión. La práctica regular de ejercicio libera endorfinas y otros neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y ayudan a reducir los niveles de estrés.
¿Cómo se diseña un plan de entrenamiento para el dolor?
El entrenamiento adaptado se basa en la idea de que cada persona es diferente, y por lo tanto, el ejercicio debe personalizarse en función de sus necesidades y limitaciones específicas. Un programa típico puede incluir:
- Ejercicio de baja intensidad progresiva: Para las personas con dolor crónico, es fundamental comenzar con ejercicios de baja intensidad que no provoquen un aumento del dolor. Con el tiempo, la intensidad y el volumen del ejercicio pueden aumentarse gradualmente para mejorar la fuerza y la resistencia.
- Fortalecimiento y movilidad funcional: Los ejercicios se enfocan en mejorar la movilidad articular y el fortalecimiento muscular en las áreas afectadas, con movimientos funcionales que se asemejan a las actividades de la vida diaria.
- Trabajo de la postura y el equilibrio: La conservación postural y el equilibrio son importantes para restaurar la confianza en el cuerpo y prevenir futuras lesiones o caídas. Los ejercicios que mejoran la estabilidad central (core) y la conciencia corporal son fundamentales en este proceso.
- Educación y reentrenamiento del movimiento: El componente pedagógico es clave para ayudar a las personas a recuperar la confianza en su capacidad para moverse sin miedo al dolor. Los entrenadores personales que comprenden la neurociencia del dolor pueden guiar a los clientes para que comprendan que el movimiento es seguro y necesario para su recuperación.
La importancia del proceso de gradualidad
Uno de los principios más importantes en el entrenamiento adaptado es el principio de gradualidad. Esto significa que los movimientos y ejercicios deben introducirse de manera progresiva, comenzando con actividades que el cliente pueda realizar sin exacerbar el dolor. Con el tiempo, los entrenadores pueden aumentar lentamente la intensidad y el rango de movimiento, permitiendo que el cuerpo se acostumbre y reconstruya la confianza perdida.
Terapia de exposición gradual
La terapia de exposición gradual es una estrategia clave utilizada en la neurociencia del dolor, donde se enseña al cliente a enfrentar lentamente actividades que evitan debido al miedo al dolor. Esta técnica ha mostrado ser eficaz para reducir el dolor y el miedo, y fomentar una recuperación más rápida.
Recuperar la confianza en el cuerpo
El objetivo final del entrenamiento adaptado para personas con dolor persistente es recuperar la confianza en su cuerpo. Muchas personas que viven con dolor crónico sienten que sus cuerpos han fallado, lo que puede llevar a la inactividad y la evitación del movimiento. Sin embargo, al combinar el ejercicio adaptado con la educación en neurociencia del dolor, es posible restablecer esa confianza y devolver a las personas el control sobre su salud física.
Cambiando la relación con el dolor
El cambio de mentalidad es clave. La combinación de movimiento progresivo y la comprensión del dolor permite que los pacientes se enfrenten a sus miedos y retomen actividades que solían evitar. Esta transformación mental es esencial para restaurar la calidad de vida y reducir la carga del dolor crónico.
Conclusión
El entrenamiento personal adaptado, en combinación con la pedagogía en neurociencia del dolor, ofrece una estrategia efectiva para las personas que viven con dolor persistente. A través de un enfoque personalizado, progresivo y educativo, los entrenadores pueden ayudar a las personas a recuperar la confianza en su capacidad de movimiento, mejorar su función física y aliviar el dolor.
La ciencia moderna nos muestra que el dolor no siempre es un indicador de daño físico, y con el enfoque adecuado, es posible superar el dolor crónico y volver a disfrutar de una vida activa y plena.
Hola, Soy Marc Vives
Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
No te irás de mi estudio, sin que intente que aprendas algo sobre tu organismo.
Después, si lo deseas podremos continuar manteniendo el contacto para aclarar dudas y seguir progresando.
Un abrazo.