El mecanismo de «descanso y digestión», también conocido como la respuesta parasimpática, es el estado fisiológico del cuerpo opuesto al mecanismo de «lucha o huida». Mientras que el último prepara al cuerpo para enfrentar situaciones de peligro, el de descanso y digestión se activa en situaciones de calma, cuando el cuerpo está en un estado de relajación y recuperación. Su función es conservar el presupuesto corporal y restaurar la energía, promoviendo procesos que no son urgentes para la supervivencia inmediata pero que son esenciales para el bienestar a largo plazo, como la digestión, la recuperación y el crecimiento.
¿Qué es el mecanismo descanso y digestión?
Es una respuesta del sistema nervioso parasimpático, una rama del sistema nervioso autónomo que contrarresta los efectos del sistema nervioso simpático (responsable de la lucha o huida). El parasimpático promueve la relajación, disminuye la actividad del cuerpo y favorece funciones relacionadas con la restauración del organismo, como la digestión, la reparación celular y el almacenamiento de energía.
Este estado predomina cuando el cuerpo está en condiciones de tranquilidad y seguridad, y facilita procesos de regeneración, absorción de nutrientes y reducción del ritmo cardíaco.
¿Cuándo se activa?
El mecanismo de descanso y digestión se activa en situaciones donde el cuerpo no percibe amenazas y puede permitirse «bajar la guardia». A diferencia de la respuesta simpática, que reacciona de manera inmediata ante situaciones de estrés, el parasimpático predomina durante momentos de sosiego, recuperación y tranquilidad.
Se activa en condiciones como:
- Después de las comidas, cuando el contexto acompaña. Y el organismo puede enfocar su energía en el proceso digestivo.
- Durante el sueño, que es un momento clave para la recuperación física y mental.
- En momentos de relajación, como después de practicar ejercicio, con las técnicas de respiración profunda o meditación.
El nervio vago desempeña un papel fundamental en la activación del sistema parasimpático, ya que es responsable de enviar señales desde el cerebro a muchos de los órganos involucrados en este proceso.
Sistemas involucrados en la respuesta parasimpática
El mecanismo de descanso y digestión implica varios sistemas que actúan de manera coordinada:
Sistema nervioso parasimpático: Como parte del sistema nervioso autónomo, el parasimpático regula las funciones que conservan y restauran la energía. Las señales que envía promueven la relajación muscular, reducen la frecuencia cardíaca y aumentan la actividad digestiva.
Sistema digestivo: Este sistema es uno de los más afectados por la activación del mecanismo de descanso y digestión. Durante este estado, el cuerpo aumenta la secreción de saliva y jugos gástricos, activa los movimientos peristálticos (que ayudan a mover los alimentos a través del tracto digestivo) y optimiza la absorción de nutrientes.
Sistema cardiovascular: El parasimpático provoca una disminución de la frecuencia cardíaca y una reducción de la presión arterial, permitiendo que el corazón trabaje de manera más eficiente y calmada.
Sistema respiratorio: La frecuencia respiratoria disminuye, lo que favorece una respiración más profunda y controlada. Este proceso mejora la oxigenación general del cuerpo y contribuye a la relajación.
Sistema endocrino: Durante el estado de descanso y digestión, disminuyen los niveles de cortisol (la hormona del estrés), mientras que aumenta la producción de hormonas relacionadas con la recuperación y el crecimiento, como la insulina (que facilita el almacenamiento de energía en forma de glucógeno) y las hormonas del crecimiento.
Síntomas asociados
Cuando el cuerpo entra en este estado parasimpático, se pueden experimentar los siguientes síntomas:
- Relajación muscular: Los músculos se relajan y se reduce la tensión acumulada.
- Reducción de la frecuencia cardíaca: El corazón late más lentamente y la presión arterial baja, generando una sensación de calma.
- Respiración lenta y profunda: La respiración se vuelve más pausada y profunda, lo que contribuye a la relajación y mejora el intercambio de gases en los pulmones.
- Mayor actividad digestiva: Aumenta la secreción de saliva y jugos gástricos, lo que facilita la digestión y la absorción de nutrientes. También se puede experimentar hambre o una mejora en la digestión.
- Sensación de somnolencia: La activación del parasimpático está asociada con el sueño y la relajación, por lo que se puede sentir más sueño o cansancio.
¿Qué implica en el organismo?
La activación del mecanismo de descanso y digestión tiene efectos importantes en la restauración del equilibrio corporal:
Conservación y almacenamiento de energía: El cuerpo se enfoca en la asimilación de nutrientes y en la acumulación de reservas energéticas, especialmente después de una comida. La insulina facilita el almacenamiento de glucosa en el hígado y los músculos, garantizando que el cuerpo tenga suficiente energía para futuras demandas.
Procesos de reparación y regeneración: Durante los momentos de descanso, el cuerpo realiza funciones vitales como la reparación de tejidos dañados y la regeneración celular. El sueño profundo, en particular, es un momento clave para la liberación de hormona del crecimiento, que ayuda en la reparación muscular y en otros procesos anabólicos.
Mejora de la digestión y absorción de nutrientes: El sistema digestivo funciona de manera más eficiente cuando el cuerpo está en este estado. Se optimiza la descomposición de los alimentos y la absorción de nutrientes esenciales, como carbohidratos, proteínas y grasas, que son fundamentales para el funcionamiento y la regeneración del cuerpo.
Equilibrio emocional: La activación del sistema parasimpático favorece un estado mental más tranquilo, reduciendo los niveles de ansiedad y estrés. Esto tiene un impacto positivo en la salud mental y el bienestar general, promoviendo una mayor claridad y estabilidad emocional.
Alteración a largo plazo
Mantener un equilibrio saludable entre los mecanismos de «lucha o huida» y «descanso y digestión» es crucial para una buena salud. Si el cuerpo permanece en un estado de estrés constante, sin permitir el tiempo suficiente para la recuperación, pueden surgir problemas como:
- Trastornos digestivos: El estrés crónico puede inhibir las funciones digestivas, lo que puede provocar problemas como indigestión, síndrome del intestino irritable y malabsorción de nutrientes.
- Fatiga crónica: Sin suficiente tiempo para la restauración, el cuerpo puede experimentar fatiga, ya que no se están reparando adecuadamente los tejidos ni acumulando reservas de energía.
- Trastornos del sueño: La falta de activación adecuada del sistema parasimpático puede interferir con la calidad del sueño, lo que a su vez afecta la capacidad del cuerpo para recuperarse.
- Problemas cardiovasculares: La falta de descanso suficiente puede mantener una presión arterial elevada y una frecuencia cardíaca alta, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Conclusión
El mecanismo de «descanso y digestión» es esencial para la salud y el bienestar a largo plazo. Promueve la conservación de energía, la reparación de tejidos y el equilibrio general del cuerpo. El estado parasimpático actúa como un contrapeso necesario al estrés, y su activación adecuada ayuda a garantizar que los procesos vitales, como la digestión y la regeneración, ocurran de manera eficiente. Fomentar hábitos que promuevan la activación de este mecanismo, como la práctica de técnicas de relajación y mantener una buena higiene del sueño, es fundamental para un equilibrio saludable en el cuerpo y la mente.
Referencias bibliográficas
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Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
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