Las personas somos lo que somos, no sólo por herencia genética, sino que estamos profundamente influenciados por nuestro entorno cultural y social. Cuando nacemos, el cerebro cuenta con capacidades intrínsecamente desarrolladas, y otras por desarrollar. De algún modo, el “producto” nace inacabado, preparado para interactuar con el mundo y terminar de completarse.
Desarrollo del cerebro humano
No nacemos con un cerebro acabado, tampoco sin nada, como si fuera un lienzo en blanco. Ya aparece en el mundo con unas expectativas. Los seres humanos, nacemos con una parte programada, dispuesta para el aprendizaje. Se sabe a ciencia cierta que en las conexiones neuronales intervienen muchos factores a expensas de la genética.
El cerebro y la neuroplasticidad
La capacidad del cerebro de esculpirse a sí mismo, nos permite aprender a bailar, a hablar idiomas, tocar instrumentos, a imitar conductas, etc., nuestros genes son el primer peldaño para lograr estas hazañas, pero no las adquirimos sólo por genética. De modo que los genes no determinan la formación de las conexiones corticales.
Que se sepa contamos con unas ochenta y seis mil millones de neuronas, veinte mil genes, y doscientos billones de conexiones entre neuronas, por lo tanto, es inviable que todo esté predeterminado o permanezca fijo en un estado. Hoy sabemos, que la red neuronal depende de su interacción con el mundo para su desarrollo.
Estudios e investigación sobre la influencia del entorno
En 1960 se empezó a investigar si el cerebro podía cambiar acorde a la experiencia. Empezaron a criar ratas en entornos distintos, unas yacían rodeadas de juguetes y ruedas de ejercicio, y otras en un ambiente más austero, sin distracciones, menos estimulantes. Los resultados fueron sorprendentes, las ratas que permanecieron en las jaulas estimulantes, mostraron cambios en la estructura cerebral, mayor capacidad de memorización y aprendizaje.
En las autopsias, los investigadores vieron que las ratas estimuladas, contaban con un mayor número de dendritas. En cambio, las ratas que crecieron en un entorno menos estimulante y rico, presentaron dificultades para el aprendizaje y neuronas más pequeñas en longitud. Esta investigación se realizó con otros animales, y dieron el mismo resultado. Para el cerebro el contexto importa.
¿Y con los humanos?
En 1990 unos investigadores accedieron a realizar autopsias a personas que habían cursado estudios de secundaria y universidad. Descubrieron que las áreas que intervienen en la comprensión del lenguaje de las personas que habían cursado estudios universitarios contenían una mayor cantidad de dendritas. Este experimento, muestra una vez más, que el cerebro se moldea a través de las acciones y los contextos.
Conclusión
La experiencia y el entorno desempeñan un papel fundamental en la formación y desarrollo del cerebro humano. Aunque los genes proporcionan una base importante, no determinan por completo la configuración de nuestras conexiones neuronales. La neuroplasticidad del cerebro nos permite adaptarnos y aprender en función de las experiencias que vivimos, lo que subraya la importancia del entorno y de la estimulación en el desarrollo cognitivo. Investigaciones tanto en animales como en humanos han mostrado que el cerebro cambia de acuerdo con las experiencias vividas, lo que significa que no somos productos terminados al nacer, sino que nos moldeamos a través de nuestra interacción con el mundo.
Hola, Soy Marc Vives
Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
No te irás de mi estudio, sin que intente que aprendas algo sobre tu organismo.
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