La autoconsciencia

la autoconsciencia

Se podría decir que la autoconsciencia es la capacidad que tenemos de reconocer nuestros propios pensamientos, sentimientos, emociones, comportamientos, conductas y lo más importante errores. Es decir, no sólo es útil para contarle a los demás como nos sentimos, sino para nuestra propia forma de experimentar el mundo que nos rodea.

Podemos experimentar un atardecer, pero también podemos reflexionar sobre su belleza. Podemos aceptar un trabajo, y después podemos pensar sobre nuestra decisión, si ha sido buena o mala. También podemos evocar recuerdos de la infancia, y plantearnos si ocurrieron tal cual como nos contamos.

Ser autoconsciente me permite hacerme preguntas ¿Qué pienso sobre esto? Pensar sobre lo que estoy pensando y por qué. También, entender a los demás.

Ser autoconsciente, no solo implica ser consciente, sino ser consciente que eres consciente. Cuando despiertas por la mañana, todo lo que percibes, se expresa en tu pantalla de la conciencia; la cama, la ropa, el baño, sentimientos, pensamientos, sensaciones, etc. Nadie más experimenta de la misma forma que tú. La autoconciencia, quizá sería entonces un nivel de conciencia jerárquicamente más elevado. En otras palabras, aplicar autoconsciencia nos ayuda a reflexionar sobre los matices de todas esas percepciones conscientes.

En este artículo, te hablo de la consciencia, un misterio para la neurociencia actual.

Sócrates dijo «Solo el hombre sabio o templado se conocerá a sí mismo y será capaz de entender lo que sabe y lo que no sabe…nadie más será capaz de algo así». Lao-Tse «Saber que no sabes es una virtud; no saber, pero creer que sabes, es una enfermedad».

No quiero que tengas la sensación que intento ser una especie de gurú o guía. Esto no es autoayuda. No pretendo darte consejos, ni mucho menos, sólo compartir conocimiento fundamentado en investigación reciente en psicología y neurociencia sobre la complejidad que nos ocupa. El organismo humano, el cerebro y la autoconciencia.

El cerebro cuenta con una complejidad sin igual. Una maquinaria repleta de células nerviosas y circuitos que trabajan al servicio del organismo, activando programas o mecanismos que provienen de procesos subconscientes (no conscientes) y conscientes que nos permiten ser autoconscientes de las experiencias que vivimos.

Muchas veces pensamos que somos nosotros, quienes como individuos nos generamos nuestros estados de organismo (agitación, nerviosismo, ansiedad, alerta, hipervigilancia). En realidad, es más complejo. Has de saber que tu cerebro es capaz de generar todo y cuanto experimentas. Incluso síntomas sin causa de daño justificada.

Cuando los investigadores hablan de autoconsciencia, también se refieren a la capacidad de reconocer nuestros errores y a la autoevaluación de nuestra experiencia, que combinadas dan como resultado un ser humano autoconsciente. Sin embargo, en ocasiones la autoconsciencia está ausente. Muchas veces, los humanos somos incapaces de explicar lo que hacemos y por qué lo hacemos.

La autoconsciencia nos ayuda a separar la realidad de la imaginación. La realidad externa que experimentamos se representa por una combinación. Es decir, está sujeta al plano físico y material, que precisa la captación de un estimulo externo por parte de nuestros órganos de los sentidos. Gracias a ellos, en parte, reconocemos una mesa, una silla, un coche. Aunque, no sólo eso es suficiente.

Necesitamos también lo que hay dentro de la red neuronal (cerebro), sujeto al plano interno. Influido por mecanismos anticipatorios, predictivos, aprendidos y memorizados. En otras palabras, a las neuronas que contiene el cerebro codificadas como mesa, silla, coche. Así es como se forma la experiencia.

«La realidad es una alucinación controlada» Anil Seth (Neurocientífico).

-Y esto, ¿Para qué?

-Para que te quites la culpa de encima.

Los estados de organismo comentados más arriba no son generados por ti (por el YO AUTOCONSCIENTE). Son resultados, modos de expresión asociados a un proceso evaluativo complejo. Iniciado en áreas cerebrales que procesan gran cantidad de datos que incluso se escapan a tu consciencia.

En otras entradas, te contaré de qué depende la autoconsciencia.

Un abrazo.

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