A través de la consciencia, podemos relacionarnos con el mundo. No se sabe cómo se produce, pero si que contamos con ella. Nos permite darnos cuenta de un color, una forma, olor, un pensamiento, una expectativa, creencia, una vida, e incluso del dolor.
En la pantalla de la consciencia, aparece todo lo que es relevante para el organismo. Éste evalúa constantemente los estímulos que acontecen dentro y fuera de él, aunque no todos generan un flujo perceptivo.
En otras palabras, no todos aparecen en tu mente consciente. Los estímulos son filtrados en relación a la relevancia y significado, en momento y lugar determinado.
Cada organismo decide que es relevante y significativo.
A veces, un estímulo se ajusta a una realidad física y otras a la imaginada.
En la cocina, cuchillo cayendo en punta sobre el pie derecho. El cuchillo termina como parte integrada del organismo. Clavado.
El estímulo genera una información nociva de daño (peligro sobre la integridad física del pie). La información viaja rápido por la red neuronal, supera varias capas de procesamiento, alcanzando las más altas.
-«Peligro, peligro, peligro, objeto no deseado incrustado en el organismo”.
El estímulo sensorial es relevante para los propósitos de preservación del organismo. Accede a la conciencia. DOLOR.
Otras ocasiones,
-“He comido chocolate. He hecho mal, porque el neurólogo me dijo que tuviera cuidado con lo que comía o mis migrañas podían empeorar”-.
-“Vaya, otra vez tengo migraña, no tuve que comer chocolate”-.
El estímulo “comer chocolate” es relevante para la realidad imaginada. Acompañada y comprendida de expectativas y creencias. Suficiente para que la percepción DOLOR, acceda a la consciencia.
Un saludo.