El estrés es una respuesta natural del organismo ante situaciones percibidas como peligrosas o amenazantes. Esta reacción psico-fisiológica, conocida como la respuesta de «lucha o huida», desempeña un papel crucial en nuestra supervivencia y adaptación a entornos cambiantes. Sin embargo, en el contexto de la vida moderna, el estrés puede manifestarse de manera crónica, pudiendo afectar negativamente a nuestra salud física y mental.
Respuesta fisiológica al estrés
Cuando los seres humanos nos enfrentamos a una situación estresante, nuestro cuerpo libera una serie de hormonas en el cerebro y en el resto del cuerpo. Estas neurohormonas, y hormonas preparan al organismo para responder al peligro, aumentando la frecuencia cardíaca, elevando el consumo cardíaco, pulmonar, sudoración, y los niveles de energía y también agudizando nuestros sentidos. Este proceso, es útil en situaciones de emergencia inminentes. Sin embargo, pueden causar problemas si se activa repetidamente o se mantiene durante largos periodos de tiempo.
Aunque si la situación estresante está justificada, generalmente no nos genera tanto perjuicio. Si fuéramos una cebra huyendo de una inminente mordida o zarpazo de un león, esa respuesta deseada, nos salvaría la vida. Por lo tanto, después el organismo volvería a la normalidad en pocos minutos. Si desaparece la amenaza, desaparece la respuesta.
No obstante, para los seres humanos, no es necesario que aparezca el león en nuestro campo visual, no hace falta que esté ese familiar que no nos cae bien, tampoco el jefe obstinado, con que el cerebro imagine el peor escenario a pesar de no estar en él, el organismo reacciona igual como si realmente estuviera presente. La respuesta en cascada se produce a expensas del peligro inminente. Esto, teóricamente no les sucede a las cebras.
Fases de la respuesta de estrés
La respuesta al estrés, se puede comprender en tres fases:
1. Fase de Alarma
Es la fase donde se percibe el agente estresante, y salta la alarma porque el cerebro interpreta que estamos en apuros, bien sea por frío, calor, un corte, herida, un pensamiento, etc.
2. Fase de Resistencia
Si el estímulo estresante persiste, el cuerpo entra en la fase de resistencia. Aquí, el organismo intenta adaptarse a la presión continua, manteniendo elevados los niveles de hormonas del estrés para enfrentar la situación prolongada.
3. Fase de Agotamiento
Si el estrés persiste, el organismo puede entrar en la fase de agotamiento. En esta etapa, los recursos del cuerpo están agotados y pueden surgir problemas de salud graves, como trastornos cardiovasculares, inmunológicos, endocrinos, músculo-esqueléticos, y/o mentales.
Conclusión
El estrés comporta una respuesta fisiológica que puede esta justificada por una amenaza real en un escenario concreto, o por una amenaza imaginada. No hay agente estresante que atender en este momento, pero la predicción del cerebro es que si, y hay que responder activando la fase inicial, y después las siguientes.
Quizá padezcas estrés y tengas la siguiente duda: «¿Puede un Osteópata ayudar con el estrés?»
Hola, Soy Marc Vives
Me dedico a mejorar el estado corporal y de bienestar de las personas que acuden a mi estudio Henko Osteopatía en Tarragona.
Utilizo la Osteopatía Integrativa y la terapia manual, junto con mi pasión por el estudio y conocimiento de la Neurociencia.
No te irás de mi estudio, sin que intente que aprendas algo sobre tu organismo.
Después, si lo deseas podremos continuar manteniendo el contacto para aclarar dudas y seguir progresando.
Un abrazo.